
¿Qué se debe hacer entonces para mantener el ánimo? No es suficiente hacer un gran esfuerzo de voluntad o persuadirse cada mañana de que todo va bien. Se trata más bien de encontrar primeramente la paz de la conciencia y del corazón, la paz con Dios, llevando a Jesús nuestro pasado tal como es. A continuación podemos animarnos sometiéndonos al Señor, sabiendo que él tiene un programa lleno de sabiduría y amor para cada uno de nosotros. Jesús responde a nuestras preguntas relativas al presente y al futuro. Sólo seremos verdaderamente libres y felices si nos acercamos a Dios por medio del Señor Jesús.
"Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús" (Hebreos 12:1- 2). "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros" (1 Pedro 5:7).