miércoles, 20 de abril de 2011

Confía en Dios, y Él hará

NUESTRA CONFIANZA DEBE ESTAR DEPOSITADA EN DIOS
 
     La preocupación, la ansiedad y la inquietud nunca tienen un efecto positivo en nuestra vida, pues no solo nos mantienen ocupados y preocupados, sino también, obstaculizan nuestro crecimiento en la Palabra de Dios, agotan nuestra salud, nuestras fuerzas, y nuestro entorno.
 
     De hecho, estar todo el día preocupado sobre un tema, tampoco aporta solución a dicho problema. .
     No debemos echar la ansiedad sobre nosotros. El no soltar las preocupaciones es una manifestación de orgullo. Esto demuestra que pensamos que podemos resolver nuestros propios problemas. Y que no necesitamos al Señor.
     Mostramos nuestra humildad al confiar en Dios. La preocupación, la ansiedad y la inquietud no son manifestaciones de confianza en Dios, sino que indican claramente, con su sola existencia, que intentamos cuidarnos nosotros mismos.

     Ora para todo, y no estés ansioso por nada. Disfrutarás mucho más la vida.
 
         Humillaos, pues,
       bajo la poderosa mano de Dios,
        para que Él os exalte cuando fuere tiempo;
       echando toda vuestra ansiedad sobre él,
       porque él tiene cuidado de vosotros.
                    1 Pedro 5:6-7

Confía en Dios.