Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
Salmo 18:1-2
CONFÍA EN DIOS, Y EL HARÁ.
Es importante que en todas las esferas de nuestra vida, estemos confiados en Dios, pues es fácil sentirse apoyado cuando las cosas corren bien, pero cuando empeoran, desesperamos y nos olvidamos del creador. Normalmente, en nuestras finanzas, cuando estamos mal, cuando no tenemos para pagar las deudas, y vence el arrendamiento o alquiler, o sucede algo inesperado, nos desequilibramos, perdiéndonos de nuestro Creador, de aquel que siempre está allí firme, para ayudarnos.
Por eso el salmista hablaba de "roca mía", pues es fuerte y no se puede de su lugar.